Atendiendo al propósito de esta iniciativa de empoderar-nos y promover la responsabilidad individual incondicional, aumentando nuestro nivel de conciencia y (auto)conocimiento, para influir así positivamente en nuestro entorno y ejercer un acto de servicio para el bien común, siendo ejemplos y protagonistas del cambio y evolución necesari@s, hoy vamos a dar un paso importante en la conceptualización de una metodología para el liderazgo y crecimiento personal… y colectivo.
Vamos a explorar la herramienta del Coaching desde un enfoque individual y social, y lo vamos a hacer a través de un abordaje etimológico y metodológico de la disciplina.
Ya que hemos ido hablando de los procesos comunicacionales y que los términos no son neutros, esto es, tienen su carga “subjetiva”, voy a aclarar mi concepción y mi línea formativa en “coaching”, ya que en los últimos años se ha “bastardeado” bastante el término y probablemente pueda llevar a equívocos sobre lo que es, cuál es su origen y cuál es su propósito (en el que nos vamos a enfocar).
En mi caso entré en contacto con el coaching allá por el año 2003, y un año más tarde inicié un proceso de autonocimiento y desarrollo personal con un coach maravilloso y muy sabio que realmente me ayudó (mucho) en mi propia transformación.
Este coach que había “bebido” mucho de diferentes tradiciones y disciplinas, que había vivido y viajado mucho para descubrir finalmente que todo lo que buscaba estaba dentro de sí, me acompañó haciéndome las preguntas necesarias e importantes para descubrir por mí mismo mis propias respuestas y definiciones para elegir mi camino libre, voluntaria y conscientemente.
Y aquí podemos mencionar a quien a mi criterio y el de muchos, es el Padre y precursor del Coaching. Se trata nada más y nada menos que de Sócrates, quien a través del ejercicio de la “mayéutica socrática” ayudaba a sus alumnos a que por medio de preguntas descubriesen conocimientos y sus propias verdades.
La mayéutica socrática fue también conocida como “el arte de las parteras”, ya que la madre de Sócrates fue partera, y como él mismo explicaba, esa profesión y ése “arte”, es un ejercicio activo de acompañamiento, de estar presente y atento a los detalles, de facilitar el proceso de alumbramiento de una nueva “vida”. Pero el verdadero esfuerzo, y la verdadera recompensa la obtiene la auténtica protagonista del proceso, que es la mujer encinta, quien gracias a este acompañamiento, da a luz a su amada criatura.
Este el para mí la primera escuela de coaching, y la esencia del proceso. Cómo a través de preguntas “movilizadoras” ayudamos al coachee (alumn@) a “alumbrar” y descubrir sus propios tesoros y verdades más fundamentales y movilizadoras.
Unos dos mil años después, encontramos la otra referencia histórica fundamental sobre el origen y fundamento del coaching. Les voy a transcribir a continuación lo que dice mi asistenta virtual ClaudIA, acerca de la etimología del término.
La palabra "coaching" proviene del idioma húngaro "kocsi" que significa "carruaje". Esta conexión etimológica entre coaching y carruaje es interesante y tiene una historia curiosa.
En el siglo XVI, la ciudad húngara de Kocs (actual Komárom) era famosa por la fabricación de una especie de carruajes ligeros y resistentes utilizados para transportar personas. Estos vehículos se hicieron muy populares en Europa y empezaron a ser conocidos como "coches de Kocs" o simplemente "kocsi" en húngaro.
La palabra "kocsi" pasó del húngaro al alemán como "kutsche" y posteriormente al inglés como "coach". Inicialmente se refería al transporte en carruaje, pero con el tiempo el término "coach" evolucionó para adquirir nuevos significados.
En el siglo XIX, "coach" comenzó a usarse para referirse a los tutores que preparaban a estudiantes para los exámenes, llevándolos de un punto a otro en su aprendizaje, similar a cómo un carruaje transporta pasajeros.
Posteriormente, en el siglo XX, el concepto de coaching se extendió al ámbito deportivo, empresarial y personal, refiriéndose a la instrucción, entrenamiento y desarrollo de habilidades por parte de un experto o mentor.
Así, la palabra "coaching" proviene directamente de la palabra húngara "kocsi" que designaba a los carruajes, estableciendo una conexión lingüística entre el concepto moderno de coaching y el transporte en carruaje que facilitaba el movimiento de un lugar a otro.
Muchas gracias ClaudIA por la explicación.
Como ven, aquí tenemos otra de las características distintivas de lo que debiera ser un proceso y enfoque de coaching profesional. Es un “medio” para llegar desde donde me encuentro hasta el lugar donde quiero ir, de la forma más rápida y segura posible.
Aquí tenemos que detenernos, para no ser excesivamente simplistas en el abordaje de esta metodología. Primero, como hemos descripto previamente se trata de un proceso (no es algo instantáneo), que parte de una definición clara del estado/lugar actual donde nos encontramos, consecuencia de todo lo que hemos hecho hasta ahora y lo que no. Y esto es el primer punto de diagnóstico y toma de conciencia, que no siempre es inmediato. A partir de aquí, tenemos que definir y elegir hacia dónde nos queremos dirigir, cuál es el estado/lugar deseado al que queremos llegar. Y eso, muchas veces, no está tan claro y es parte de lo que hay que establecer, validar y confirmar en el proceso.
A partir de ahí vienen el desarrollo de recursos y pasos intermedios que vamos a tener que ir consiguiendo/logrando, para acercarnos y seguir nuestro camino de evolución y avance hasta la meta que nos hemos propuesto alcanzar.
Por ello el coaching, como metodología de crecimiento y mejora, es un proceso que se usa mayoritariamente en procesos de desarrollo personal y profesional, en desarrollo de equipos y en desarrollo organizacional (empresas e instituciones).
Y aquí debemos retomar nuevamente nuestro enfoque sistémico, ya que como podremos intuir y deducir, para la “evolución del todo” se requiere la “evolución de las partes”. O lo que es lo mismo, no puede haber desarrollo organizacional, si no hay desarrollo de las áreas y equipos que la conforman, y estas no se podrán desarrollar si las personas que son parte de las mismas, no crecen y se desarrollan primero.
Por eso es fundamental que en un proceso de transformación organizacional, que implica cambios a nivel cultural y conductual, para llevar el barco a “buen puerto” deben estar bien alineados y comprometidos con el proceso tanto la dirección de la compañía, que fija el rumbo y la estrategial, los gerentes y ejecutivos responsables de la gestión de las diferentes áreas y proyectos, y todo el conjunto de colaboradores que desde su lugar participan, aportan y “reman” a favor del cambio organizacional.
“Si quieres construir un barco, no empieces por cortar las maderas y distribuir el trabajo, sino que primero has de saber evocar en los hombres el anhelo del mar libre y abierto.”
Antoine de Saint-Exupéry
Y esto mismo lo podemos llevar a nivel social… y nacional!!. Ello significa, que para lograr un crecimiento y progreso (en el nivel que definamos) como país, vamos a requerir un crecimiento y progreso en paralelo y en la misma línea de las diferentes provincias, y eso va a demandar también un crecimiento y progreso a nivel de ciudades y localidades… y sobre todo, de las personas que las conforman y traccionan.
Esto, que pudiera parecer casi imposible, es el trabajo que hay que empezar a hacer si queremos y deseamos realmente evolucionar y mejorar como sociedad. Puede parecer algo lejano, pero como ya sabemos, “un camino de mil millas se inicia con un primer paso”. “Y ése paso no nos lleva directamente adonde queremos llegar, pero sí nos saca de donde estamos”.
“Sé vos el cambio que querés ver en la Argentina”
¿Y qué tiene que ver o qué puede aportar el Coaching a una dinámica nacional?
Ya que hemos apelado al origen y fundamentos de esta metodología, debemos mencionar también aquellos aspectos que requiere y promueve en un “coachee” como participante en un proceso de coaching para lograr su verdadero desarrollo, transformación y logro de los resultados deseados.
Lo primero es que nadie debe “subirse” a un proceso de coaching de manera obligada. No funciona así. Si quiero participar del “proyecto de cambio” debo hacerlo de forma libre, voluntaria y consciente, sabiendo lo que implica un proceso de estas características.
A saber, este proceso, le pide y exige a quien quiera participar en el mismo, una serie de actitudes y habilidades que va a tener que incorporar sí o sí. Menciono a continuación estos elementos que, a mi criterio, son fundamentales (ya sea en un proceso individual o colectivo).
Conciencia (tomar conciencia real de quiénes somos y dónde estamos, como consecuencia de nuestras creencias y acciones hasta el momento).
Responsabilidad (asumir una responsabilidad absoluta e incondicional sobre nuestros resultados y las circunstancias que generamos… o no).
Compromiso (comprometernos en un 200% con el proyecto de mejorar y ser nuestra mejor versión, a pesar de cualquier inconveniente).
Empoderamiento (devolvernos el poder de elegir nuestro destino, nuestro camino y nuestras acciones en consecuencia, no dejándolo en manos de otr@s).
Comunicación (es un proceso que requiere conversar, acordar y diseñar el proyecto de desarrollo que queremos lograr, y en el que otros nos pueden ayudar).
Escucha (para conocernos mejor es fundamental escucharnos y escuchar lo que otros, que también nos quieren y nos conocen, tienen para sumarnos).
Conclusiones y definiciones (cuando ya contamos con un diagnóstico en profundidad y establecemos nuestro mapa de necesidades, intereses y prioridades).
Objetivos (fijamos nuestro “punto de destino” en forma medible, específica, temporal y asumible, con el sentido y significado que tiene para nosotr@s).
Plan de acción (establecemos el inicio de nuestra hoja de ruta, los puntos intermedios para evaluar nuestro avance y cómo superar los posibles obstáculos).
Por tanto, si queremos “imaginar” un proceso de coaching a nivel social deberíamos incorporar todos estos elementos, tanto a nivel individual de aquellos que se quieran sumar, como a nivel institucional, por parte de las agrupaciones humanas y colectivos que deseen ser parte activa de un proceso con estas características.
El punto de partida ya sabemos cuál es, es hoy y es aquí. Si elegimos “subirnos al barco” vamos a tener que asumir y trabajar fuertemente y consistentemente, todos los elementos arriba mencionados. Y como en todo proceso de cambio, sabemos que va a haber “resistencias” y “tentaciones/tendencias” para volver hacia atrás, adónde estábamos y evitar los esfuerzos que implican “salir de la zona de confort”.
Y por favor, no quiero que esto se entienda o se interprete desde ningún tipo de ideología política o partidista. Esta invitación es a un proceso superador, de corte nacional y global, absolutamente transversal e integrador. Es una llamada como ciudadano de este país y del mundo a que elevemos nuestro grado de consciencia, de responsabilidad… y de felicidad, sirviendo también a otr@s y a un propósito mayor.
Yo no espero que ningún “líder” venga a salvarme, apelo a desarrollar nuestras mejores habilidades, a trabajar sobre nuestros mayores defectos, a incorporar más y mejores conocimientos y prácticas, a ser mejores personas y más humanos, a promover el libre pensamiento y la generosidad, a aportar cada día a nuestro entorno cercano, a emprender e innovar en favor del progreso, a cuidar y mejorar la economía y contribuir al bien común, actuando hoy y contemplando a quienes vendrán mañana.
Esto es la base de un proceso de coaching y/o co-construcción de una mejor versión de la que hoy podemos observar y analizar en nuestro “espejo” individual y social.
En el próximo post te cuento más de cómo esta teoría y metodología se podría llevar a la práctica. Desde ya te anticipo que para eso, va a necesitar a much@s como vos!!.
Para finalizar, y retomando las “buenas costumbres” te dejo con una serie de reflexiones y “recetas” (12 + 1) de grandes pensadores y sabi@s de la humanidad, que ya nos marcaron algunas luces para el camino. La primera, de mis favoritas!
“El mundo está lleno de buenas máximas; sólo falta aplicarlas.”
Pascal
"Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas."
Jacques Anatole France
"Pinto las cosas como las pienso, no como las veo."
Pablo Picasso
"La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen."
William Faulkner
“Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.”
Charles Dickens
"Cuando hay una tormenta los pajaritos se esconden, pero las águilas vuelan más alto."
Mahatma Gandhi
"Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos."
Martin Luther King
“Las personas siempre culpan a las circunstancias por lo que ellos son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que tiene éxito en este mundo es la gente que se levanta y busca las circunstancias que desea y, si no las encuentra, las crea”.
George Bernard Shaw
"El destino no es cuestión de suerte, es cuestión de elección. No es algo a esperar, es algo a ser conseguido."
William Jennings Bryan
"Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar."
Elliot Gould
"El cambio es sólo otra palabra para decir crecimiento, otro sinónimo de aprendizaje."
Charles Handy
"No todo cambio es crecimiento, al igual que no todo movimiento es hacia delante."
Ellen Glasgow
“Existe sólo un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar: tú/vos mismo”.
Aldous Huxley
Gracias por leerme.
Gracias por acompañarme y por compartir.
Gracias porque ya eres parte de esta historia y propósito.
I.C.